lunes, 18 de octubre de 2010

ENSAYO SOBRE EL MANEJO DE LOS RIESGOS DEL AGUA

MANEJO DE LOS RIESGOS DEL AGUA DERIVADOS DE EVENTOS NATURALES Y ACTIVIDADES ANTROPOGÉNICAS




ANDRÉS FELIPE JIMÉNEZ RUIZ
CEDULA: 71.798.018




SEMINARIO: MANEJO INTEGRADO DEL AGUA
MAESTRÍA EN DESARROLLO SOSTENIBLE Y MEDIO AMBIENTE
UNIVERSIDAD DE MANIZALES




MEDELLÍN
OCTUBRE 20 DE 2010
MANEJO DE LOS RIESGOS DEL AGUA DERIVADOS DE EVENTOS NATURALES Y ACTIVIDADES ANTROPOGÉNICAS


RESUMEN


El recurso hídrico ya sea en sus dos extremos (exceso o déficit) es perjudicial para los seres vivos y para el desarrollo social y económico de las comunidades. Desastres naturales relacionados con el agua, desde la producción agrícola pueden afectar seriamente el desarrollo integral de las ciudades y los países en general. Pero el mayor riesgo que presenta el agua para la humanidad es en el área de la salud, ya que el agua no potable, la cual es consumida en muchas sociedades del mundo, es la causante de muchas enfermedades en personas de todas las edades, pero principalmente la comunidad infantil de los países en vías de desarrollo. Otro de los principales riesgos que debe afrontar el agua es la alteración de su calidad biológica originado no sólo por eventos naturales sino también por actividades antropogénicas como el uso doméstico del agua, la producción de aguas residuales, de la industria, minería y la agricultura, etc., y aunque la humanidad se encuentra prácticamente imposibilitada para afrontar los primeros (eventos naturales- desastres), para los segundos (actividades antropogénicas) existen instancias, acciones, normas y políticas con las que las personas y las comunidades cuentan para mitigar o evitar los daños que tengan relación con el agua, la salud general y el desarrollo de las poblaciones. Pero para poder ser estas ejercidas de manera efectiva se debe propiciar mediante la acción y trabajo en conjunto de las administraciones, la academia y los sectores privados, en busca de un beneficio general e integral.

INTRODUCCIÓN:

Para el manejo integral y eficiente de los recursos naturales, considerando el beneficio general de la población y de las diferentes regiones del mundo, es necesario conocer el aporte que en todas las dimensiones ofrecen los recursos como el agua, el aire y el suelo. Pero dentro del presente ensayo me centraré específicamente en el recurso hídrico, como elemento vital para el desarrollo de la humanidad y de las comunidades en general, no sólo desde el punto de vista personal, sino también en lo que compete a producción económica y estabilidad en salud.

Como es conocido y notorio, el agua puede ocasionar perjuicios en la población dependiendo de muchos factores; principalmente por escasez o exceso del agua, los cuales en varios casos provienen por las diferentes las manifestaciones naturales que presentan riesgo para los habitantes del mundo, pero principalmente proviene por el mal manejo que el hombre le ha dado a este recurso vital en sus actividades antropogénicas, como son el uso doméstico que se le ha dado y aun se le da al agua, la consistente producción de aguas residuales, de la industria, minería y la agricultura, entre otros; que alteran su calidad biológica ocasionando cambios simples o complejos y con diferentes niveles de intensidad.
Son algunos ejemplos de riesgos que corre la comunidad relacionados con el recurso hídrico a causa de fenómenos naturales, los incendios, los maremotos, los deslizamientos, las inundaciones y las sequias; y a causa de la intervención del hombre encontraríamos muchos más riesgos relacionados con el agua, como son el uso domestico del agua, la producción de aguas residuales provenientes de la industria, la minería y la ganadería (por mencionar algunas), la contaminación fecal de las fuentes de agua superficiales, el vertimiento o infiltración de aguas residuales sin tratar, etc.

No sólo el agua puede ocasionar daño en la población cuando grandes volúmenes de agua en forma de tsunamis o maremotos atacan puertos, o cuando por inundaciones miles de personas se quedan sin hogares o sin cultivos, o cuando miles de cabezas de ganado mueren en sequías, toda el agua potable y los sistemas de alcantarillado son también participantes en diferentes situaciones de riesgo para la comunidad. Si bien para estos fenómenos naturales es poca la intervención que la humanidad puede realizar para contrarrestar los efectos o riesgos en que se pone el liquido vital, si es de vital importancia que las administraciones se encuentren preparadas en relación al agua potable y sistemas de alcantarillado por posibles daños en las líneas de abastecimiento o evacuación de tan preciado recurso.

Así mismo y en relación con los riesgos del agua a causa de la intervención humana, se pretende con este trabajo hacer una llamado de atención para que los países y comunidades procuren por realizar políticas medioambientales efectivas y la expedición de legislaciones cada vez más restrictivas y con una tendencia por el cuidado del entorno, los recursos naturales en general y específicamente sobre el agua; como única manera de contrarrestar efectos y disminuir riesgos.

Pero lo que si es claro es que tanto desde la óptica de los eventos naturales como de las actividades del hombre, tienen riesgos comunes como son las enfermedades de animales y humanos y la desestabilización de la economía, pero el principal de ellos siempre es el relacionado con la salud.

Algunos de los ejemplos de enfermedades, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), relacionadas con el agua no tratada o no potabilizada son: anemia, arsenicosis, ascariasis, cólera, dengue, dengue hemorrágico, fluorosis, hepatitis y malaria. Situaciones de riesgo que requieren de un análisis y manejo integral, considerando que los daños que se pueden originar a partir de la situación inicial pueden aun ser más graves que los originados en la inmediatez del evento catastrófico en los casos de desastres naturales o de los malos manejos realizados al agua por el hombre.

En este documento se exponen diferentes aspectos teóricos, históricos y analíticos con relación a las acciones que se pueden ejecutar con el fin de evitar o mitigar los diferentes factores negativos o riesgos que muchas comunidades sufren o corren, por exceso o déficit del agua a causa de fenómenos naturales y de actividades antropogénicas. Se resaltan aspectos de la economía y de la salud, incluyendo inicialmente consideraciones generales relacionadas con diferentes catástrofes originadas o que tienen relación con el recurso hídrico y la serie de efectos remediales o de prevención que probablemente pueden ayudar a que las personas afectadas reduzcan su propio nivel de perjuicio, desde una inundación hasta una intoxicación por agua no potable; y finalmente políticas y legislaciones medioambientales que regulen de manera restrictiva y coercitiva los manejos que se le da al agua por parte de personas, empresas e instituciones, como manera efectiva de contrarrestar los riesgos del agua.

OBJETIVOS:

• Identificar el principal riesgo que afronta el agua, derivado por fenómenos naturales y por la intervención del hombre.

• Establecer los manejos efectivos a los riesgos del agua.


MARCO TEÓRICO Y DISCUSIÓN:

EVALUACIÓN DE RIESGOS – SENTIDO COMÚN

EVENTOS NATURALES:

Son muchos los factores que se deben tener en cuenta para un estudio detallado de las posibilidades de riesgo ante fenómenos naturales a los que las diferentes comunidades se ven expuestas. Ubicación geográfica, estabilidad de suelos, temperatura local, cuerpos de agua, precipitación anual, entre otros, son factores a considerar en la evaluación de riesgos ante los muchos e impredecibles eventos naturales catastróficos.

La evaluación de riesgos en zonas o regiones de interés es vital en la estimación de la vulnerabilidad y los posibles componentes de daño para las comunidades. Obviamente algunos fenómenos naturales son más impredecibles que otros; aun así, las administraciones locales y nacionales no se deben mostrar renuentes al estudio, análisis y mitigación de riesgos. La preparación para el ataque de huracanes puede ser poca, pero basados en información histórica y estudios actuales se pueden proponer diferentes modelos y mecanismos de protección para la mitigación de riesgos originados por estos desastres naturales. Situados en la región del Caribe, hay estándares de construcción que permiten a las comunidades, no mostrarse inmunes, pero sí mejor preparadas en caso de un siniestro.

Los Códigos Uniformes de Construcciones del Caribe (según el Caribbean Uniform Building Code (CUBiC)) incluyen las posibilidades de mejorar las condiciones de las viviendas específicamente para la preparación ante este tipo particular de fenómenos naturales.

En otros eventos naturales de riesgo, como el caso de las inundaciones, afortunadamente hay modelos analíticos para la determinación de los niveles máximos de precipitación anual en áreas específicas; además existen registros que muestran la vulnerabilidad de las áreas por su cercanía a fuentes hídricas y por su ubicación geográfica. Consecuentemente, el análisis de riesgos es fundamental en la forma eficiente de atacar los posibles eventos naturales que aquejen diferentes poblaciones. Por otro lado, las inundaciones asociadas con eventos anuales de precipitación en periodos de lluvia en fenómenos como El Niño más centrado en el Pacífico, proponen un inminente riesgo de contaminación del agua en comunidades cercanas al evento. Además de éste, las situaciones de terremotos son potentes agentes contaminantes de fuentes hídricas.

El riesgo de contaminación de las fuentes hídricas se da por las características de la construcción de los sistemas de abastecimiento del agua. Generalmente las líneas de agua tratada se construyen paralelas a las del alcantarillado y un daño por movimientos de masas puede fácilmente ocasionar la mezcla de estos fluidos.

Los movimientos de tierra pueden causar también daños en las líneas de conducción de aguas, deslizamientos internos de grandes masas de tierra y la imposibilidad de combatir incendios, además de la dificultad de abastecer la población de agua potable y de permitir la evacuación normal de las aguas servidas.

En la evaluación de riesgos y el sentido común para la comprensión de los riesgos naturales y la vulnerabilidad de las poblaciones ante fenómenos naturales es de vital importancia la ubicación geográfica de las comunidades. “En la actualidad, al menos un cuarto de la humanidad vive en zonas vulnerables a los desastres, sobre todo en los países en desarrollo. En ellos, la gente asienta sus viviendas en lugares propensos a sufrir estas catástrofes, por ejemplo en las laderas de las montañas, donde los aludes pueden arrastrar pueblos enteros, como sucedió en El Nevado del Ruiz (Colombia), o en los cauces de ríos, que cuando aumentan su caudal, desbordan y producen graves inundaciones”.

ACTIVIDADES ENTROPOGÉNICAS:

La contaminación antropogénica es aquella producida por los humanos, alguna de las más importantes son:
• Industria. Según el tipo de industria se producen distintos tipos de residuos las más peligrosas son las que producen contaminantes más peligrosos, como metales tóxicos.
• Asentamientos humanos (pueblos y ciudades). La actividad doméstica produce principalmente residuos orgánicos, pero el alcantarillado arrastra además todo tipo de sustancias: emisiones de los automóviles hidrocarburos, plomo, otros metales, etc
• Agricultura y ganadería (campos de cultivo). Los trabajos agrícolas producen vertidos de pesticidas, fertilizantes y restos orgánicos de animales y plantas que contaminan de una forma difusa pero muy notable las aguas, además, muchas de las cosechas son regadas con aguas negras, alimentando las plantas con nuestros propios desechos.
Todas estas actividades contaminadoras antropogénicas aunadas a los fenómenos naturales, alteran la calidad biológica de las aguas superficiales y ocasionan cambios simples o complejos y con diferentes niveles de intensidad.

A causa de lo anterior, es que medianamente de explica que hoy en día existan un cierto número de efectos sobre la salud, como son:
• Las enfermedades respiratorias, el asma y las alergias, por la contaminación del aire
• Trastornos neurológicos de desarrollo, por los metales pesados
• El cáncer infantil, por una serie de agentes físicos, químicos y biológicos
• Los plaguicidas tienen probablemente un efecto sobre la situación inmunológica, la alteración de los procesos endocrinos, los trastornos neurotóxicos y el cáncer.
• La radiación ultravioleta puede reprimir la respuesta inmunológica y constituye una de las principales fuentes de cáncer de piel.

La agricultura siempre ha supuesto un impacto ambiental fuerte. Hay que talar bosques para tener suelo apto para el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar ríos, etc. La agricultura moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el ambiente. La destrucción y salinización del suelo, la contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la deforestación o la pérdida de biodiversidad genética, son problemas muy importantes a los que hay que hacer frente para poder seguir disfrutando de las ventajas que la revolución verde nos ha traído.

Por otro lado, la contaminación fecal de las fuentes de aguas superficiales para abastecimiento de consumo humano es uno de los problemas más preocupantes en los países en vías de desarrollo. En las grandes ciudades esta contaminación se debe principalmente al vertimiento de los desagües sin ningún tratamiento. También se ha observado que la contaminación fecal es intensa en las zonas de arrastre provenientes de los corrales de engorde de bovinos y de las avícolas.

Además del vertimiento o infiltración de aguas residuales sin tratar, también aportan contaminantes los lixiviados de rellenos sanitarios, los efluentes de aguas residuales con tratamiento deficiente, las infiltraciones de tanques sépticos, etcétera. Asimismo, la escorrentía pluvial y las inundaciones ocasionan el deterioro de la calidad del agua de los recursos hídricos.

Por lo anterior, el uso de aguas superficiales como fuentes de agua de bebida implica un riesgo de transmisión de enfermedades hídricas. Los agentes patógenos involucrados con la transmisión por esta vía son las bacterias, virus y protozoos, helmintos y cyanobacterias, que pueden causar enfermedades con diferentes niveles de gravedad, desde una gastroenteritis simple hasta serios y a veces fatales cuadros de diarrea, disentería, hepatitis o fiebre tifoidea. La transmisión hídrica es solo una de las vías, pues estos agentes patógenos también pueden transmitirse a través de alimentos, de persona a persona debido a malos hábitos higiénicos y de los animales al hombre, entre otras vías.

Se ha demostrado la presencia de patógenos en aguas superficiales, así como su relación con los brotes epidémicos. En algunos casos no se ha detectado la fuente de origen pero, por las características del brote, se presume que su transmisión ha ocurrido por la vía hídrica.

IMPACTOS DE LOS DESASTRES NATURALES EN RELACIÓN CON EL AGUA

“Los impactos de los desastres relacionados con el agua están aumentando constantemente. ¿Qué los ocasiona?, ¿cómo debe ser el manejo correcto de estos riesgos?”. En esta sección, además de presentar respuestas a las preguntas planteadas, se hará una descripción de conceptos generales que tienen relación con los diferentes desastres naturales que puede causar el agua. Una vez se expongan estos conceptos, se le brindarán al lector herramientas suficientes para comprender las diferentes formas como estos riesgos naturales deben ser atacados, con el fin de beneficiar al mayor número de personas posible.

“El viento, las olas y toda la dinámica natural nos muestran la compleja interrelación que existe entre la litosfera, hidrosfera, atmósfera y biosfera. Gran parte de esa dinámica es casi imperceptible, como la erosión o la sedimentación, producidas por el viento, los ríos, los glaciares, etcétera”. Existen también otros fenómenos que son increíblemente dañinos en las comunidades y que tienen causas naturales; ejemplos de ello son los movimientos sísmicos y otros fenómenos como los huracanes o las erupciones volcánicas.

En cualquier evento y considerando una de las muchas posibles definiciones, se le define como desastre natural cuando el problema social o económico es detonado por un fenómeno de la naturaleza. Joe Golden dice “un peligro latente se convierte en desastre si ocurre donde vive gente”.

No sólo desde el punto de vista de la salud o de las víctimas del evento es la manera en que se deben ver y evaluar los desastres naturales, sino también desde el punto de vista económico, debido a las diferentes manifestaciones que se derivan de un desastre natural. Un ejemplo de lo anterior es el descenso en muchas actividades productivas de la región afectada. “Un desastre puede ocasionar una reducción del producto nacional bruto por varios años, por ejemplo, una inundación arrastra la capa fértil del suelo y tarda años en recuperarse. Se ha calculado que las pérdidas del producto nacional bruto (PBN) debidas a los desastres pueden ser, en proporción, 20 veces mayores en los países en desarrollo que en las naciones más adelantadas”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calculó que en sequias registradas en la década de los 70, el PBN en países como Sahel (África), Burkina Faso, Chad, Mauritania, Mali, Nigeria y Senegal, se vio reducido hasta en un 50%.

Los diferentes eventos naturales que afectan las poblaciones del mundo, no sólo muestran sus efectos negativos inmediatamente después del suceso; después de cierto tiempo también se pueden ver afectadas las comunidades en el campo de la salud, las epidemias que se pueden originar son un ejemplo de ello. “Una sequía o una inundación pueden afectar la economía de la región o de un país de manera tal que repercuta en la calidad de vida o la salud de su población por varios años.

Según la Oficina del Coordinador de las Naciones Unidas para el Socorro en Casos de Desastre (UNDRO), las inundaciones registradas en 1972 en Filipinas, retrasaron los esfuerzos de desarrollo del país entre tres y cinco años”.

OTRO TIPO DE DESASTRES “NATURALES” CAUSADOS POR EL AGUA

No sólo los maremotos o tsunamis, las inundaciones y las sequías están afectando las comunidades del mundo actual; hay otra clase de desastre, algunos lo podrían llamar “natural” y es la poca atención que muchos gobiernos le ponen a los temas del agua en su tratamiento y abastecimiento para las comunidades marginadas. La mala calidad del agua es una cruda amenaza para la salud humana; los casos de diarrea son responsables de la muerte de alrededor de 1,8 millones de personas al año, la mayoría de ellos niños menores de 5 años. Se calcula que el 88% de estas muertes tienen que ver con agua mal tratada, fallas en las medidas de sanidad y poca higiene. La mayoría de estos casos se presentan en países en vías de desarrollo y la gran mayoría de las muertes se podría evitar con mejores medidas de sanidad, higiene y sistemas eficientes de tratamiento y potabilización del agua.

Durante las décadas del 80 y el 90 del siglo pasado se hicieron inversiones considerables en servicio de acueducto y abastecimiento de agua en diferentes naciones del mundo; sin embargo, para el año 2.000 una muy significante parte de la población global seguía sin servicio de agua potable ni facilidades de sanidad e higiene en lo referente al tratamiento y disposición adecuada del agua. En África aproximadamente el 40% de la población no tiene acceso al agua potable; en Asia, del 81% que tienen acceso al agua potable, sólo la mitad pueden hacer disposición adecuada de aguas servidas; en otras palabras, los sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas sólo benefician al 40% de la población total.

En Latino América y el Caribe el 85% de la población tiene acceso al agua potable y sólo el 78% de ellos cuentan con mecanismos adecuados de sanitad y tratamiento de agua.

Lo anterior muestra que no sólo la naturaleza afecta o ataca a la población del mundo en forma de desastres naturales; las administraciones, a nivel local, nacional e internacional, son también responsables de los muchos problemas que por causa del agua, millones de personas sufren a diario.

Afortunadamente en este caso hay soluciones que se pueden empezar a trabajar o continuar trabajando en pro del beneficio de muchos que hoy no gozan del agua potable. Pero para lograr mejoras en este campo el trabajo que se necesita es constante, honesto, perseverante y de todos en general. Se debe iniciar por concientizar a las comunidades más delicadamente y por exigir más de nuestros administradores.

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MANEJO DEL RIESGO DEL AGUA

La gestión del recurso hídrico, tiene diferentes connotaciones que van desde acciones proactivas hasta acciones reactivas, que involucran gran cantidad de pensamientos, comportamientos y de desarrollo instrumental, en función de una dinámica, cada vez mas óptima, en cuanto al aprovechamiento del agua como fuente de la vida y del desarrollo.

De acuerdo con Edmundo Castro Jiménez, el manejo integrado del recurso hídrico tiene tres elementos fundamentales: aquélla que está relacionada con la cuestión de políticas y leyes a nivel nacional, sobre el manejo integrado de recursos hídricos; después viene la organizacional, que tiene que ver con el manejo de cuencas hidrográficas; y, en la última función, la operacional, es donde están todos los usuarios del agua, quienes utilizan los recursos y están sujetos a reglas operacionales para atender necesidades y demandas.

Según lo anterior, el desarrollo de una sólida institucionalidad, que tenga como fin primordial articular y dinamizar la usanza del agua bajo los parámetros de la sostenibilidad, es la base fundamental para que el recurso hídrico no solamente sea fuente del sustento de vida sino, además, un pilar estratégico fundamental para los lineamientos del desarrollo humano a todas las escalas, es decir, a nivel local, regional, nacional y global.

Reglar la conducta de las personas y fomentar una constante culturización sobre un recurso como el agua, vital para la vida y evolución de los seres humanos, es la categoría emergente de la necesidad de generar los mecanismos suficientes para restablecer el equilibrio entre el hombre y su medio, estableciendo una sana relación entre el progreso económico, la naturaleza y la equidad social, donde obligatoriamente todos los agentes del desarrollo deben asumir su compromiso.

Las necesidades de comprender y gestionar el recurso hídrico, responden específicamente a las agudas problemáticas ambientales evidenciadas a partir de la segunda mitad del siglo pasado y que se han manifestado desde diferentes dimensiones de las sociedades humanas. “La contaminación y los residuos industriales están poniendo en peligro los recursos hídricos, dañando y destruyendo los ecosistemas del mundo entero”. Desde este aspecto, se han identificado y determinado diferentes riesgos que van en contra del bienestar de los seres humanos y demás seres que habitan en el planeta.

En la gran mayoría de los países del mundo, el agua dulce es utilizada como un recurso principal para llevar a cabo las actividades industriales y agrícolas. Para producir las suficientes cantidades de alimentos que satisfagan las necesidades de la población humana se requiere demandar grandes cantidades de metros cúbicos de agua y, en consecuencia, estos comportamientos generan grandes presiones sobre las fuentes y flujos de agua dulce. Según la ONU (2003) “Una amplia gama de usos humanos y de transformaciones del agua dulce o de los ambientes terrestres tienen la potencialidad de alterar, a veces de forma irreversible, la integridad de los ecosistemas de agua dulce”.

La poca cultura de valor hacia el recurso hídrico, los malos hábitos productivos, el uso de tecnologías obsoletas y poco eficientes, la flexibilidad de los marcos regulatorios en materia ambiental, entre otros aspectos, se convierten en los factores fundamentales que representan el verdadero riesgo de continuar decreciendo en los niveles adecuados de calidad de agua para el bienestar humano y el equilibrio medioambiental.

De lo anterior se infiere que un eficiente manejo de los riesgos del agua denota, primero que todo, la consolidación de una “Cultura del Agua”, la cual debe privilegiar una dinámica armónica entre el pensamiento, la acción y la instrumentalidad o tecnología, en función de una sistemática optimización de los usos del agua y consecuente la satisfacción de las necesidades de la sostenibilidad.

Como insumo importante para la configuración de la cultura del agua, está la declaración del agua como un derecho, el cual “consiste en un aprovisionamiento suficiente, físicamente accesible y a un costo asequible, de agua potable y de calidad aceptable para los usos personales y domésticos de la persona. Una cantidad adecuada de agua limpia es necesaria para prevenir la mortalidad debida a la deshidratación y para reducir el riesgo de transmisión de enfermedades de origen hídrico, así como para el consumo, la preparación de alimentos y la higiene personal de la casa”.

Para hacer posible el ejercicio del citado derecho, los desafíos que conlleva hoy día la gestión de los recursos hídricos sólo puede entenderse en el complejo contexto de los sistemas sociales, económicos y ambientales, es decir, se necesitan soluciones complejas a necesidades complejas y para ello es indispensable la comprensión de las relaciones de interdependencia pues cada vez es más evidente que las decisiones y acciones aisladas consolidan las problemáticas globales de la actualidad.

Como una forma de interpretar las relaciones complejas, Castro nos dice que “Visualizamos el agua como un servicio ambiental, el agua tiene valor, tiene un valor económico y además de tener un valor ecológico, tiene hoy un valor social, es proveedora de desarrollo, el proveedor de las economías está correlacionado con la disponibilidad de agua: en el momento que el agua se agota, se agota la economía; en el momento que se acaba el agua, se acaba el desarrollo”.

La complejidad de la crisis del agua demanda nuevas formas de conocimiento. Sin embargo es evidente que existe un cierto divorcio entre las posturas positivistas y sociales, que han creado una cierta ceguera de la ciencia hacia la gestión del agua. "Quienes, como es mi caso, nos dedicamos a la investigación social del uso y gestión del agua, nos vemos sometidos al desafío, muy frustrante en ocasiones, de tener que abrir brecha frente a un aparato científico y político que es abrumadoramente positivista.

La gestión y planificación institucional del agua ha adoptado un modelo cerrado y prepotente que no admite otros parámetros que los de la ciencia más dura y rechaza despreciativamente el conocimiento comprensivo, las metodologías cualitativas, el análisis cultural y cualquier otro paradigma, sea éste fenomenológico, humanista o ecológico (….) Los avances de la ciencia y la tecnología están siendo tan vertiginosos que se ha ido abriendo una brecha, cada vez más amplia, en relación con la cultura, de tal modo que los sistemas culturales y educativos que usan y explican las intervenciones tecno-científicas en la sociedad, no han podido seguir este ritmo".

En consecuencia con las ideas citadas anteriormente, es evidente que la Gestión del Recurso Hídrico debe incorporar principios de integralidad más sólidos, en donde las decisiones que emergen sean fruto de posturas incluyentes, es decir, en donde se recojan y articulen los diferentes saberes para configurar pensamiento y acciones consecuentes con los riesgos y de modo más general con la crisis del recurso hídrico actual.

En este sentido, haciendo énfasis en el riesgo dentro del marco de la gestión del recurso hídrico, expresa Gaspar Mairal: “El riesgo no es sólo un cálculo con pretensiones de objetividad que formulan los científicos y asumen los políticos sino además una elaboración llevada a cabo por la sociedad a partir de sus experiencias más profundas y que también es formulada, pero no en términos de un cálculo o estimación sino en los términos de aquello que la sociedad produce y que no es sino cultura. Una situación deseable sería aquella en la que la sociedad pudiera absorber culturalmente los avances científicos dentro de un conjunto de condiciones fundamentales. Estas podrían ser algunas: 1) el cálculo del riesgo es comunicado con prontitud y veracidad desde las instancias político-científicas a la sociedad civil; 2) esta sociedad civil tiene capacidad y medios para poder racionalizar culturalmente y con un máximo de información esta estimación de riesgo; 3) con la ayuda necesaria la sociedad civil construye su propia noción o nociones de riesgo que son comunicadas ampliamente en su interior y hacia los aparatos político-científicos; 4) la construcción cultural del riesgo forma parte de la definición final del riesgo. 5) el riesgo es definido por la sociedad en todas sus instancias sean comunitarias, locales, asociativas, territoriales, técnicas y científicas, políticas y administrativas, para situar todas sus versiones en el centro del debate, la discusión y la negociación; 6) el impacto de una tecnología será evaluado a partir de la definición final del riesgo que ha sido elaborada por la sociedad a través del ejercicio de la democracia; 7) el uso de la tecnología en la transformación de la sociedad estará supeditado a la tolerancia del riesgo por parte de la misma sociedad que es su destinataria.”.
La eliminación de las aguas residuales de origen doméstico e industrial se está convirtiendo en un problema cada vez más grave y acuciante para municipios y empresas. A ello contribuye una legislación y una política medioambiental cada vez más restrictiva, y una preocupación general creciente por el cuidado del entorno y por la conservación de los recursos naturales.

Para dimensionar las instalaciones de depuración, fijar las normas de vertidos de contaminantes y establecer el monto de tasas que graven a los contaminadores hay que definir la contaminación cualitativa y cuantitativamente y medirla.

Debido a la complejidad misma del concepto de contaminación hace falta desarrollar un arsenal de métodos, medidas y pruebas. El conjunto de estas pruebas y medidas permite, para un agua dada, caracterizar su composición química y bacteriológica. Después, por comparación con las normas correspondientes a la calidad exigida (que es función del uso previsto) permite identificar y cuantificar los productos que eliminar.

Una medida global de la contaminación es la de su concentración en materias en suspensión, que da la concentración en partículas orgánicas o minerales que se pueden retener mediante filtración en el laboratorio.
Pero uno de los componentes principales de la contaminación es la materia orgánica biodegradable. Teniendo en cuenta su complejidad, normalmente se realiza una estimación global e indirecta de esta contaminación. La prueba más empleada es la DBO5, o Demanda Bioquímica de Oxígeno de una muestra de agua. Esta medida permite evaluar la cantidad de oxígeno (en mg/l) que se debe proporcionar a un cultivo bacteriano natural para que consuma los contaminantes orgánicos en cinco días. La prueba de la DBO5, que reconstruye en el laboratorio el fenómeno de la auto depuración sigue siendo la mejor estimación de la cantidad de materia orgánica globalmente biodegradable presente en un agua contaminada.

Un agua potable debe tener un DBO5 prácticamente nula. Un agua residual urbana corresponde a una DBO5 que varía entre 150 y 350 mg/l. La DBO5 de un agua residual industrial puede ser, según el tipo de industria, prácticamente nula (aguas de minas) o muy elevado, como es el caso de las aguas residuales agroindustriales.

Si la DBO5 da una buena estimación de la contaminación que se puede eliminar por la via biológica, otras medidas permiten aproximarse a la totalidad de la materia orgánica presente en el agua, biodegradable o no. Se trata de la DQO, o Demanda Química de Oxígeno, obtenida mediante un oxidante potente (el dicromato de potasio) en medio ácido, y el COT o Carbono Orgánico Total, obtenido midiendo el anhídrido carbónico desprendido durante la calcinación de una micromuestra de agua contaminada. Estas medidas, más generales que la DBO5, son más rápidas y más fáciles de automatizar, por lo que su empleo tiende a aumentar.

A estas medidas globales se añaden otras más específicas de los compuestos nitrogenados (nitrógeno total Kjeldahl, nitrógeno amoniacal, nitrógeno de nitritos y nitratos) de compuestos fosfatados (fósforo total, ortofosfatos), fenoles, hidrocarburos, minerales, etc. Una vez se ha definido u cuantificado la contaminación se puede plantear el eliminarla o, al menos, reducirla, en las mejores condiciones técnicas y económicas.

En el campo de la identificación y la medida de la contaminación las posibilidades de las biotecnologías son numerosas y complejas. A este respecto hay que citar las técnicas nuevas, como los captadores enzimáticos, que gracias a enzimas específicos, fijados sobre una membrana que recubre una sonda de medida polarimétrica, podrían permitir la identificación muy selectiva de algunos plaguicidas. De igual manera, el inmunoanálisis, que se basa en reacciones muy específicas, del tipo anticuerpo-antígeno. Con el sería posible en los próximos años, proporcionar un medio muy rápido de identificación y cuantificación de compuestos químicos especiales o de microorganismos indeseables.



CONCLUSIÓN

No es un secreto que el agua en sus diferentes proporciones y manifestaciones es el elemento esencial para el desarrollo de la vida y por ende de la sociedad; hacer uso adecuado de ella es una tarea de inminente regulación normativa y de obligatoria inclusión en las políticas a nivel mundial. Y es precisamente este punto el que quiero resaltar con el presente trabajo, pues considero que la única manera efectiva de controlar los manejos de los riesgos del agua, es la elaboración de una política y la expedición de normas de carácter internacional contenidas a través de tratados que den la posibilidad de acudir a Tribunales Internacionales para aplicar sanciones a los estados y a las personas que los incumplan; ya que la falta de acción eficiente para promulgar, mitigar o evitar los daños que se generan en relación al agua es demasiado negativa para el desarrollo de la vida y el progreso de las naciones.

Otra manera de combatir los riesgos del agua es el llamado de atención de las personas, sociedades y administraciones, para que programen capacitaciones sobre este tema a fin de que se tome conciencia de la forma como éste elemento vital debe ser manejado efectivamente, los beneficios o perjuicios que implica su inadecuado uso y el gran riesgo que implica para el desarrollo general y sostenible de los habitantes del planeta.

Por último, quiero resaltar que el manejo complejo e integrado de riesgos del agua debe partir de una comprensión profunda de las escenas sociales y ambientales en donde lo económico y lo físico hacen parte del análisis y no son los únicos componentes a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones. De esta manera un enfoque de manejo integrado de riesgos debe ser el fruto del encuentro de pensamientos de los actores sociales (la academia, los gobiernos, la comunidad, etc.) para gestar los comportamientos y la base instrumental necesaria para atender las demandas de la crisis del agua en un marco de sostenibilidad.

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Revista Luna Azul ISSN 1909-2474 No. 29, julio-diciembre 2009 © Universidad de Caldas revista.luna.azúl. 2009; 29: 68-81

VARGAS, Ramón. La Cultura del Agua. Lecciones de La América Indígena. UNESCO

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ULDEMOLINS Enrique. Derecho Humano al Agua. Revista Ambienta. En: http://www.ecodes.org/pages/articulos/documentos/28052008.pdf.

MAIRAL, Buil Gaspar. Los conflictos del Agua y La Construcción del Riesgo - Departamento de Psicología y Sociología - Universidad de Zaragoza. En: http://area.us.es/ciberico/archivos_acrobat/zaraponen5mairal.pdf

Modulo Manejo integrado del Agua- Maestría en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente.

lunes, 4 de octubre de 2010

IMPRESIONES SOBRE EL DOCUMENTO: "LOS COLORES DEL AGUA"

EL COLOR MÁS IMPORTANTE DEL AGUA ES EL GRIS (SHAMIR-2000)


Quiero iniciar esta exposición de impresiones con la expresión pronunciada por Shamir-2000-, indicando que el color más importante del agua era el gris, de la materia gris de nuestro cerebro.
Lo anterior, denota eso una fuerte impresión pues al analizar la temática del agua quedan grandes y profundas impresiones.

Resulta claro que el agua es un elemento fundamental para el desarrollo de la vida en nuestro planeta y tal y como la conocemos, de ella nos servimos para producir bienes y servicios, bajo el concepto de la llamada agua virtual; para la explotación y aprovechamiento de la misma deben tenerse en cuenta los conceptos de aguas azules, pues en última instancia la mayor parte de las mismas utilizadas por el hombre corresponden a este tipo como superficiales y subterraneas, pero las mismas hacen parte también de los ciclos hídricos y que finalmente las llevan a verdes, pues pueden ser el resultado de la acumulación de las precipitaciones.

Resulta impresionante ver como el agua en sus diferentes ciclos resulta de tan alta y compleja valoración monetaria, pues la mayor parte de bienes y servicios utilizados por el hombre y que resultan realmente fundamentales para la vida dependen del agua convertida en bienes como carne, Leche, granos, verduras, líquidos en múltiples presentaciones, etc., es más parece que bienes y servicios están relacionados con riqueza, con importación, con exportación y con conflictos.

Todo lo anteriormente expuesto hace suponer que así como el hombre proyecta y programa su vida en el planeta, también necesariamente debe proyectar y programar políticas de manejo, conservación y reutilización de las aguas, sin importar los costos económicos, pues hablar del agua es hablar de la vida misma y poco importa o debería importar que para la defensa y conservación de la misma se destinaran los recursos necesarios, sin escatimar el monto de los mismos.