La idea de cultura surge precisamente de la relación del hombre con el entorno, incluyendo en éste a los otros hombres como individuos y como grupos; lo producido en cuanto a valores, trabajo, creencias, política, normas, clases sociales, economía y todo lo demás que pueda determinar sus modos de relación, ha de entenderse como cultura misma.
En el mundo moderno y postmoderno no queda mucho espacio para tener una mirada retrospectiva sobre lo que el hombre ha sido a través de la historia, pues la visión de identidad como individuo, resulta opacada por la permanente idea de un fluir en casí todos los campos de la vida.
El hombre hoy es el resultado de la sumatoria del mismo a través de la historia, pero se ha llegado a un campo, en el que hoy la vida ha sido casi mercantilizada y entonces la identidad o por lo menos, la apropiación de ciertos valores del individuo, no resulta muy clara o por lo menos muy justificable pues el consumismo lleva justamente a eso, a estar consumiendo permanentemente, a estar cambiando, lo que no permite afianzarse desde los diferentes campos de la educación de la economía, del concepto de trabajo y el producto del mismo; desde la politíca, desde el concepto de medio ambiente y desde todos los demás campos de la vida del ser humano; así, si desde el individuo, que es más suceptible a los cambios se están produciendo justamente los mismos como producto de una sociedad que los impulsa, entonces aparece el otro concepto, que en teoría sería más de permanencia y es el de identidad colectiva y cultural, pues históricamente ella, como suma de todos los individuos debería enmarcar por mayor tiempo los conceptos de hombre-cultura y la relación de los mismos, no obstante no parece ser cierto, toda vez que hoy también las sociedades tienen como regla generar el cambio en casi todos los campos de la vida, es más, hasta qué punto podría pensarse en una sociedad moderna, despersonalizada ya que no logra afianzar valores permanentes, no por buenos ni malos, pues total ello también sería subjetivo, sino que por su falta de permanencia en el tiempo harían que las mismas (sociedades) se entendieran como unos grupos amorfos, casi enceguecidos, cambiando permanentemente en todos campos y en el particular concepto que hoy se entiende como evolución y que justificable o no, caracteriza las sociedades contemporaneas.
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